Sustancia compuesta de metaloide e hidrógeno (hidrácidos) o también de metaloide, oxígeno e hidrógeno (oxácidos). Suelen tener un sabor agrio, enrojecen la tintura azul de tornasol y atacan a todos los metales (exepto a los metales nobles, plata, mercurio, oro, platino) dando unos cuerpos llamados sales, y desprendiendo hidrógeno.
Un ácido, en términos químicos, es una sustancia que tiene la capacidad de donar protones (iones H+) o aceptar pares de electrones en una reacción química. Se caracteriza por tener un sabor agrio y puede corrosivo en altas concentraciones.
La teoría más ampliamente aceptada para describir los ácidos es la teoría de Brønsted-Lowry. Según esta teoría, un ácido es una especie química capaz de donar un protón (H+), mientras que una base es una especie química capaz de aceptar un protón. Cuando un ácido dona un protón, se forma su base conjugada.
Por ejemplo, el ácido clorhídrico (HCl) puede donar un protón para formar el ión cloruro (Cl-):
HCl → H+ + Cl-
En esta reacción, el ácido clorhídrico dona un protón (H+) al medio, mientras que el cloruro (Cl-) se convierte en la base conjugada.
Los ácidos pueden clasificarse en ácidos fuertes y ácidos débiles según su capacidad para donar protones. Los ácidos fuertes tienen una mayor tendencia a donar protones y se disocian completamente en solución, mientras que los ácidos débiles se disocian parcialmente y establecen un equilibrio entre sus formas ácidas y básicas.
Es importante destacar que la acidez no se limita solo a las soluciones acuosas, sino que también se aplica a otros sistemas químicos. Además, existen ácidos orgánicos, que son ácidos que contienen carbono en su estructura, como el ácido acético (CH3COOH) presente en el vinagre.
En resumen, un ácido es una sustancia capaz de donar protones (H+) o aceptar pares de electrones, según la teoría de Brønsted-Lowry. Los ácidos se caracterizan por su sabor agrio, capacidad corrosiva y su participación en reacciones químicas.