Científicos buscan descubrir más planetas similares a la Tierra

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Pekín. Una semana después de que el telescopio espacial Kepler hallara a un “primo más viejo y grande” de la Tierra, los científicos chinos se enfocan en un “oído” supersensible, con la esperanza de descubrir quizás más “primos” de los seres humanos. En un valle en lo profundo de la montañosa provincia de Guizhou, suroeste de China, miles de pilares de acero blanco y cables rodean un gran hueco natural. Formado hace cerca de 45 millones de años por el colapso de una cueva de karst, el hueco ahora alberga al mayor radiotelescopio del mundo, cuyo plato tiene un área igual de grande que 30 canchas de fútbol. Se requiere cerca de media hora para rodear la circunferencia de mil 600 metros. Los científicos dicen que se convertirá en un gran “oído” sensible, que escuchará los sonidos imperceptibles de universos distantes y decodificará mensajes cósmicos. Con una inversión de mil 200 millones de yuanes (196 millones de dólares), el mayor proyecto de astronáutica de China en la historia, fue iniciado en marzo de 2011 y será completado en septiembre del año próximo. Los técnicos están ensamblando el reflector del telescopio, que tendrá 500 metros de diámetro y estará compuesto por  cuatro mil 450 paneles. Cada panel es un triángulo equilátero de 11 metros de lado. Los cables están sujetos a la parte posterior de cada panel para que puedan cambiar sus posiciones con una precisión de hasta un milímetro, lo que garantizará que el telescopio pueda recibir señales desde diferentes ángulos. Una vez que sea concluido, el radiotelescopio esférico de apertura de 500 metros o FAST superará al Observatorio Arecibo de Puerto Rico, que tiene 305 metros de diámetro. El nuevo será 10 veces más sensible que el telescopio orientable de 100 metros cerca de Bonn, Alemania, dijo Zhang Haiyan, subdirector de la oficina general del Proyecto FAST. El hueco que alberga al telescopio y que se formó a partir de la disolución de rocas solubles, como piedra caliza, dolomita y yeso, tiene una forma natural prácticamente esférica. Esto evitó hacer grandes esfuerzos para cavar el hueco para el plato, dijo Li Di, un científico de los Observatorios Astronómicos Nacionales de la Academia de Ciencias de China. Li calcula que en dos o tres años, los científicos podrían hallar aminoácidos, el bloque de cimentación de la vida. Li está convencido de que un día, los humanos encontrarán vida en otros planetas o galaxias. “Al igual que comer y dormir, la curiosidad sobre el espacio es un instinto básico de los seres humanos”, afirmó Li.

“Los científicos chinos han hecho numerosas contribuciones a las matemáticas, ciencias de cómputo y física de partículas en los tres años pasados bajo condiciones de pobreza, y ahora con el apoyo del gobierno a la instalación más avanzada, tenemos la obligación de dar un paso gigantesco hacia adelante”.