Estudio prueba que sedimentos suspendidos en el mar daña a los peces coralinos
Los sedimentos suspendidos en el mar dañan las agallas de los peces y pueden causar un aumento de las enfermedades, según ha comprobado un estudio científico realizado en la Gran Barrera de Coral, en Australia , y divulgado este miércoles para alertar sobre la conservación de los arrecifes del planeta.
“Las agallas de los peces (…) son la primera línea de defensa de la respuesta inmunológica” y los sedimentos dañan “un órgano vital que afecta a todas las actividades del pescado que requieren oxígeno” , explicó en un comunicado Josie Rummer, coautora de la investigación de la australiana Universidad James Cook.
Las crías de los peces coralinos necesitan grandes cantidades de oxígeno para desarrollarse y, en las presentes condiciones, se hallan expuestos a un aumento constante de los sedimentos en el agua y las bacterias nocivas que los acompañan.
“Los sedimentos suspendidos provienen de las riadas, la producción agrícola e industrial costera y las operaciones de dragado, y s u presencia es cada vez mayor en los litorales de todo el mundo “, dijo Amelia Wenger, coautora de la investigación.
El estudio simuló las condiciones sedimentarias habituales en los corales de la Gran Barrera de Coral, el mayor sistema de arrecifes del mundo.
El Gobierno del estado de Queensland, en el noreste de Australia, presentó este año un programa a largo plazo para proteger la Gran Barrera de Coral, cuyo borrador ha sido criticado por varios científicos que ven en el texto un proyecto de desarrollo sostenible antes que de conservación.
La Unesco recomendó en mayo que la Gran Barrera de Coral entrase en un periodo de prueba antes de decidir si la incorporan a la lista de lugares del patrimonio de la humanidad en peligro.
La Gran Barrera de Coral alberga 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos , y empezó a deteriorarse a finales del siglo pasado por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de la acidez debido a la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.