Los niños son las principales víctimas del cambio climático aunque lo nieguen los escépticos

Globedia Venezuela /
Los niños son las primeras víctimas del calentamiento del planeta, según Unicef: 690 millones de ellos viven en las regiones más expuestas a las consecuencias del cambio climático. Unos 530 millones de niños habitan en países sometidos regularmente a inundaciones catastróficas, en su mayoría en Asia, y 160 millones en zonas de gran sequía, principalmente en África, indica un estudio publicado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). Son las principales victimas de un cambio  causado en gran parte por el desarrollo de los países hiperindustrializados. Así lo asegura un informe de la agencia de la niñez (UNICEF) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ha hecho un llamamiento urgente a la toma de medidas.
El documento de la UNICEF ‘Nuestro clima, Nuestros niños, Nuestra responsabilidad’, mide las acciones que se han realizado para cumplir los Objetivos del Mileno propuestos por la ONU y entre los que está consignada la tarea de erradicar el hambre de la niñez pobre para el 2020. El informe revela fallos en aspectos como la salud, la educación y la igualdad de género.
"Es claro que un error para erradicar los problemas del cambio climático se convierte en un error en lo que se refiere a la protección de la niñez" explica el director de la UNICEF en Reino Unido, David Bull. "Los niños pobres, que son quienes menos han contribuido al cambio climático, son los que más sufren sus consecuencias" añade.
El informe asegura que el calentamiento global puede causar la muerte de entre 40.000 y 160.000 niños por año en Asia y en África subsahariana, al contribuir con el descenso del crecimiento económico.
También hace referencia al hecho de que si las temperaturas sobrepasan esos dos grados Centigrados de la Conferencia de Paris los niveles pre-industriales, unas 200 millones de personas alrededor del mundo podrían enfrentarse al hambre, un número que podría aumentar hasta los 550 millones si la temperatura sobrepasara los tres grados.
El documento de la UNICEF establece que los daños económicos producidos por el cambio climático forzarán a los padres a sacar a los niños del colegio, lugar en el que comúnmente se les garantiza una comida al día, para poder adquirir agua y gasolina.
Los expertos aseguran que los cambios en el ambiente producidos por el calentamiento también contribuirán a extender una serie de enfermedades mortales como la malaria, que actualmente mata a 800.000 niños por año y de la que se han empezado a observar brotes en áreas que antes no habían sido afectadas.
Aunque varios Gobiernos han mostrado su preocupación por los efectos del cambio climático tomando una serie de medidas preventivas, algunos ecologistas afirman que la subida de dos grados Celsius es casi inevitable, independientemente de las acciones que se están implementando desde 2015.
Los científicos predicen que las temperaturas globales promedio subirán entre uno y medio y cuarto grados  en este siglo, debido a las emisiones de carbón provenientes de la quema de combustibles fosiles para la producción de energía causados mayormente por los países industrializados, lo que causará fuertes inundaciones, hambres, violentas tormentas y sequías.
Todo esto se agrava con las acciones de naciones como China, que abre una nueva central eléctrica de carbón por semana. Este país, que posee enormes reservas del mineral y cuya economía crece un 10% por año, está muy cerca de alcanzar a Estados Unidos como el líder mundial en emisiones de carbono
 
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En la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2015 de París ni entre la gran mayoría de la comunidad científica hay lugar para el negacionismo. Según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), "es extremadamente probable –más del 95%– que la influencia humana sea la causa dominante del calentamiento observado desde mediados del siglo XX".
Los científicos escépticos, que cuestionan sobre todo las consecuencias más catastróficas asociadas al cambio climático, no quieren que se los confunda con los negacionistas, amparados principalmente por el ala más conservadora del Partido Republicano de EE. UU. y grupos similares de Australia y Europa. Tampoco con los blogs pseudocientíficos. Algún renombrado escéptico, como Richard Muller, ha acabado asumiendo que el fenómeno existe y tiene origen humano. No obstante, sus teorías anteriores y las de otros escépticos son dogma de fe para los negacionistas.
Repasamos los argumentos más controvertidos usados por estos.
El ártico: Satélites de la Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) Americana detectaron este verano una anomalía al sur de Groenlandia que llamaron granpunto frío. En primavera, investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, que durante años han confirmado la disminución del hielo ártico y su repercusión sobre el clima, dudaban de que este deshielo fuera irreversible.
En 2011, un equipo de expertos daneses cuestionó también la teoría del no retorno en el calentamiento, pues hallaron pruebas de que los niveles de la banquisa en el Océano Glacial Ártico eran un 50% más bajos hace 5.000 años. Ninguna de estas investigaciones cuestiona la existencia del cambio climático, pero sirven a los negacionistas para justificar sus posturas y vincularlas a las temperaturas inusualmente frías del pasado verano en el norte de Europa, que en Irlanda bajaron a niveles desconocidos desde 1986.
David Vieites, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, cree que "queda mucho por saber sobre el origen y las consecuencias de ese punto frío". Lo cierto es que otro estudio de noviembre de 2015 estipula que los últimos glaciares estables de Groenlandia, situados tan al norte que escapaban al impacto del cambio climático, han acelerado su deshielo en la última década.
El Sol: Según los negacionistas, no se tiene suficientemente en cuenta la influencia de nuestra estrella y su actividad –los rayos cósmicos– en el origen del calentamiento terrestre. Y afirman que hay pruebas de que en los últimos siglos la temperatura y el número de manchas solares de nuestra estrella han aumentado y jugado un papel decisivo en el creciente calor terrestre.
Sin embargo, aquí existen divergencias, pues todos los estudios científicos recientes apuntan que mientras la Tierra sigue una tendencia ascendente en sus temperaturas, el Sol muestra la tendencia inversa. Los trabajos presentados en 2009 por Anatoli Erlykin, de la Academia Rusa de las Ciencias, junto con otros investigadores de las universidades de Lancaster y Durham (Reino Unido), atribuían a la actividad solar el 14% de la culpa del aumento reciente de la temperatura media de la Tierra.
Otras investigaciones, como las de Benjamin Santer, del Laboratorio Lawrence Nacional Livermore (Departamento de Energía de EE. UU.), destacan que si realmente la influencia del astro rey fuera tan notoria, se calentaría más la estratosfera que la troposfera, la capa de la atmósfera más cercana a la Tierra. Sin embargo, ocurre al revés, porque incluso la parte superior se está enfriando.
Los océanos: Es sabida la trascendencia que tienen los océanos y las corrientes que los surcan para regular el clima del planeta. Por este motivo, los negacionistas también piensan que se ha subestimado su capacidad para absorber tanto el calor como el dióxido de carbono de la atmósfera . Además, se agarran a los estudios que periódicamente afirman o desmienten que esa capacidad de absorción ya se ha superado, especialmente en el océano Antártico.
Los científicos están bien preparados para hablar del cambio climáticos pero, no los políticos

Es cierto que, en general, los mares atrapan más cantidad de CO2 de la que liberan, que eliminan una parte de las procedentes de las actividades humanas y debilitan los efectos de las emisiones de gases efecto invernadero. El problema, según la Comisión Océano Mundial, es que "el mar absorbe más de un 25% de las emisiones de CO2, lo que causa su acidificación a velocidades sin precedentes en los últimos trescientos millones de años".
La Antártida: Según datos de la NASA, el hielo marino que rodea el continente antártico alcanzó su máxima extensión en diciembre de 2013. Esto da pie a los negacionistas para argumentar que si la subida de temperatura del planeta se produce de forma uniforme no tendría sentido que la Antártida no solo no pierda masa de hielo, sino que esta crezca en algunos puntos. Una de las razones para explicar el fenómeno es que los fuertes vientos de aire frío que viajan del interior del territorio antártico hacia la costa contribuyen a bajar los termómetros y a engrosar los icebergs marinos.
Vieites recuerda también que "la Antártida, al contrario que el Ártico, que es un mar helado de reciente formación, es un continente que lleva treinta millones de años congelado, con capas de hielo de varios kilómetros que difícilmente se derriten".
Un equipo de la Universidad de Bristol ha publicado sendos estudios en las revistas Science y The Cryosphere en los que destacan que numerosos glaciares adelgazan a lo largo de 750 km de costa. Su conclusión es que la Antártida occidental es una de las regiones de la Tierra que sufre un calentamiento más rápido y desequilibrado, ya que el hielo que se derrite en el océano no se compensa con las nevadas.
Siberia: La inmensa y fría región oriental de Rusia, con sus 13, 1 millones de km2 (veintiséis veces España), reclama la atención de quienes estudian el cambio climático por varias razones. Se trata de uno de los principales escenarios en los que se cruzan los negacionistas y los adaptacionistas: admitido que existe una alteración en el clima –sea de origen humano o natural– que conlleva un paulatino ascenso de las temperaturas en el planeta, hay que entenderlo como un cambio a mejor del que convendría aprovecharse.
Así como en Europa y en otros países desarrollados pensamos en reconvertir nuestra agricultura –se habla de plantar vides en Inglaterra– gracias a que hace más calor, en otras partes del mundo se mueren de hambre por una acuciante sequía o a consecuencia de la crecida del mar, que anega tierras y casas. La Organización Mundial de la Salud es uno de los organismos que alza la voz sobre los efectos perversos del calentamiento global para las personas y sobre todo para los niños.
Alarmistas, extremistas y climatólogos
Estos son algunos adjetivos que los negacionistas ponen a los expertos que mantienen el consenso sobre la responsabilidad humana en el cambio climático.
Muller se mantiene escéptico en otros puntos y cree que es descabellado atribuir al cambio climático huracanes como el Katrina, la velocidad del deshielo del Ártico o el retroceso de los glaciares del Himalaya. Además, recuerda que ha habido otros periodos cálidos en la historia, como el de la Baja Edad Media. Sin embargo, Vieites señala que por la dendroclimatología –estudio de los anillos de crecimiento de los árboles– "se sabe que hubo un aumento sustancial de las temperaturas, pero no en todo el planeta, como sí ocurre ahora".
Respecto a los datos que esgrimen los negacionistas sobre la ralentización del aumento térmico en algunos años de este siglo, otros expertos sostienen que hay que estudiar tendencias en periodos largos, y que jamás hemos experimentado subidas similares en el termómetro en tan corto espacio de tiempo.
En cuanto a los gases de efecto invernadero, como el CO2, varios estudios rebajan su responsabilidad en el tema. Pero una investigación de 2015 del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste (PNNL) de EE. UU. revela que los pronósticos sobre el ritmo de calentamiento terrestre hasta ahora planteados quizá se queden cortos, ya que el actual es más rápido que el producido de forma natural durante los últimos mil años.
Hay otros como José María Aznar que califican el cambio climático como un mito, y denuncian "el alarmismo climático". Hace un tiempo el expresidente español presentó un libro " que afirma que la comunidad internacional debe prestar mayor atención a otros asuntos más preocupantes que "el aumento en unos grados de la temperatura global".

La fundación FAES (Fundación para el Análisis y Estudios Sociales), que fundó Aznar dice que el ecologismo deriva en "una ideología totalitaria". Aznar proclama: "Soy un ecologista sensato". Yvo de Boer advierte a Aznar de que en pocos años podría ver el "Sáhara español" desde su ventana. Greenpeace: "Si Aznar dejara de ser un negacionista del cambio climático, le damos la bienvenida".
FAES (Fundación  que Aznar preside ha decidido alinearse con esas ideas al editar el título Planeta azul pero no verde, escrito por el presidente checo, Vaclav Klaus. El libro, de 150 páginas, está editado por Gota a Gota, el sello editorial de FAES. Ya se ha traducido al inglés, alemán, ruso, polaco y holandés y al español. En sus páginas, este jefe de Estado que no oculta su euroescepticismo y se declara admirador del pensamiento de Margaret Thatcher, afirma: "Las ambiciones humanas megalómanas, la falta de modestia y de humildad siempre terminan mal". Se refiere, según una portavoz de FAES, a que el ecologismo "tiene el peligro de acabar siendo una ideología totalitaria que pretende tomar soluciones planetarias".
La portavoz afirmaba ayer que tiene muchos motivos para publicar el libro de Klaus: "Primero, es bueno, con una argumentación de economista pero divulgativo. Segundo, intenta dar a conocer un punto de vista que va contra lo políticamente correcto. Tercero, es un libro escrito por un jefe de Estado (algo poco habitual) que, además, es un economista liberal de reconocido prestigio".
El propio Klaus anticipó a los medios las cuestiones que se plantea en su obra: "¿Es el calentamiento global una realidad?; si es una realidad, ¿es culpa del hombre?; si es así, ¿es un problema?; ¿vivirán mejor o peor los ciudadanos del mundo porque haya pequeños incrementos en la temperatura global?; si es una realidad, y no es un problema, ¿puede el hombre detener el proceso?, ¿puede cualquier análisis razonable sobre el coste-beneficio justificar cualquier cosa, que se puede hacer ahora? Podemos decir sí con algún grado de probabilidad sólo a la primera pregunta. Para otras, mi respuesta es no".
Desde el Partido Popular, Carlos Floriano, portavoz del grupo, en materia de medio ambiente, declinó  hacer declaraciones.
Si asume las tesis expuestas en el libro de Klaus, el ex presidente del Gobierno de España se alejaría incluso de George Bush, que ya ha asumido la gravedad del calentamiento global. A pesar de que en el pasado se había mostrado escéptico sobre el impacto humano en la temperatura del planeta, su Gobierno aceptó en la cumbre de Bali del pasado diciembre que el hombre es el principal causante del cambio, un consenso al que han llegado ya más de 3.000 científicos en el marco de la ONU. EE UU ha rechazado hasta el momento asumir compromisos concretos de reducción del CO2, si bien ya negocia objetivos voluntarios a largo plazo.
Las evidencias de los científicos:
- Las actividades humanas han hecho aumentar de forma "inequívoca" los gases de efecto invernadero y aerosoles desde la época preindustrial.
- La media mundial del nivel del mar aumentó a una velocidad media anual de uno a dos milímetros durante el siglo XX.
- Desplazamiento de plantas, insectos, pájaros y peces hacia los polos o hacia latitudes más altas para evitar el efecto del aumento de las temperaturas.
- Disminución de la extensión de la capa de nieve en un 10% desde que se registran observaciones por satélite en los años sesenta.
- Aumento de la temperatura media de la superficie terrestre de entre un 0, 8 y 0, 4 grados centígrados.
- Disminución de los días de frío y las heladas en casi todas las zonas del planeta durante el siglo XX .

 


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