La Nacion / Cómo funciona una celda de Peltier, un molino eólico o la fuerza cinética que se genera al pedalear una bicicleta y permite encender decenas de lamparitas son algunos de los experimentos que realizan unos 600 alumnos de una escuela en La Boca. AllÃ, frente a la Bombonera, los chicos asisten a contraturno para poder investigar acciones de eficiencia energética y conocer el potencial de las energÃas renovables.
"El mundo cuenta cada vez con menos recursos, pero siempre vamos a tener el sol. Los paneles solares son una posible solución para la crisis de energÃa", arriesga Osvaldo Pineda, alumno de 4° año de la Escuela Media N°3, de La Boca, donde funciona el primer laboratorio de energÃas renovables. La iniciativa integra el programa Escuelas Verdes que el gobierno local impulsa desde 2010.
Guillermo Giraldes enseña BiologÃa y GeografÃa en el establecimiento público. Y es el nexo entre el programa ambiental y la institución. "El laboratorio está instalado desde 2014 y a los chicos los cautiva poder tener acceso a esta tecnologÃa. También tenemos la huerta tradicional y los pibes vienen a contraturno para poder experimentar. Cuando hay algo que los entusiasma, responden", comenta mientras muestra las seis estaciones donde los chicos deben hacer ejercicios de cálculo y prácticos, todos relacionados con la energÃa.
La escuela cuenta también con instalaciones fotovoltaicas y un molino eólico que aporta la electricidad para el laboratorio. "La idea es que el semestre próximo entre 50 y 60 escuelas de la ciudad puedan visitar el laboratorio. Ya asisten los docentes a los cursos de capacitación y, en los próximos meses, vendrán alumnos de otros barrios que serán guiados por los chicos de este colegio", explica Andrés Valdivia, un ingeniero mecánico que coordina el área de EnergÃas Renovables y Eficiencia Energética del programa oficial.
Todas las tecnologÃas limpias de la escuela están conectadas a baterÃas y a una computadora que exhibe en tiempo real la energÃa que se genera. "Armamos competencias en la bicicleta y los chicos, además de pasarla bien, aprenden", agrega Sandra Verón, profesora de Ciencias Sociales.
Una ley de 2005 estableció que en la ciudad de Buenos Aires debe incluirse la educación ambiental en la currÃcula escolar. Aunque en 2010 se lanzó el programa Escuelas Verdes, en el Ministerio de Educación aseguran que pretenden que sea una asignatura transversal a todas las materias. "Este laboratorio busca ser un espacio innovador para inspirar a las nuevas generaciones y, a través de una propuesta educativa, generar actitudes ambientalmente responsables en los alumnos para que crezcan como ciudadanos comprometidos con el desarrollo sustentable de su entorno, tanto escolar como familiar y social", asegura Soledad Acuña, ministra de Educación porteña.
Paneles solares y otras energÃas limpias funcionan en la Escuela Media N°3, de La Boca. Foto: Ricardo Pristupluk Con ese objetivo también se puso en marcha una huerta hidropónica en la Escuela N° 19 "Hermanos Latinoamericanos", frente a la villa 20, en Villa Lugano. Es la segunda que se instala en el distrito luego de la prueba exitosa en la escuela "Granaderos", en Olleros y Del Libertador. En el sur, en el área de influencia del Riachuelo se trabaja esta técnica especial ya que los suelos están contaminados.
"Se trata de una hidroponÃa mixta; tiene lana de roca y turba y se le suma el agua con nutrientes. Por aquà pasan todos los alumnos de la escuela, que son más de 800, y también trabajan en la huerta tradicional", explica Lorena Passarello, asistente pedagógica del proyecto de Huertas del programa oficial.
Lechugas, berenjenas, ciboulette y frutillas se siembran, cultivan y cosechan en esta huerta equipada con invernadero. "La hidroponÃa surge por una necesidad cuando las zonas agrÃcolas ya no son tan productivas", explica Paola López, de 7° grado, mientras cosecha la lechuga que luego, al igual que el resto de los productos, los alumnos se llevan a sus casas. En esta zona, además de la falta de espacio, la contaminación de las napas y el suelo de la cuenca Matanza-Riachuelo impide estos cultivos.
"Los chicos acá aprenden y conocen todas las etapas de una huerta. Protagonizan desde la siembra de la semilla hasta el cultivo de la fruta o la verdura. Todos los dÃas, algunos alumnos de todos los grados tienen que controlar además las canillas y los nutrientes para mantener la huerta", indica Rosana Ursino, directora del establecimiento. La iniciativa se suma a unas 300 huertas tradicionales que ya funcionan en escuelas porteñas.
Juan Manuel Ojea Quintana, coordinador de Programas de Educación Ambiental de la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), cree que el gobierno porteño ha avanzado muchÃsimo en materia de educación ambiental, pero que falta la institucionalización. "Es un Ãcono que este programa se sostenga y siga creciendo, pero nos debemos un debate también a nivel nacional para unificar criterios y voces y tener lineamientos comunes. Después se regionalizará o cada distrito trabajará con su realidad y su problemática. La Argentina ya está preparada para dar esta discusión".
Según el experto, el punto central es si debe entenderse como una materia o debe tener contenido transversal. "Nosotros creemos que debe ser transversal. Los chicos aprenden de una manera más holÃstica; la escuela necesita abrir sus puertas y dar lugar a la acción", concluye.
Cómo ingresar al programa Escuelas Verdes El programa oficial Escuelas Verdes considera la participación en la iniciativa de todos los establecimientos interesados, tanto públicos como privados.
"Cada escuela posee una cultura institucional propia, una población particular y una realidad escolar única. Los recorridos hacia el reconocimiento serán diversos, dinámicos, flexibles y heterogéneos", indica la invitación a adherir al programa.
Este año la inscripción estará abierta desde el 22 de junio hasta el 1° de septiembre. Por más información: http://www.buenosaires.gob.ar/escuelasverdes/quiero-ser-una-escuela-verde .
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