El cambio de estado, en el contexto de la química, se refiere a la transformación que experimenta una sustancia al pasar de un estado de agregación a otro, como sólido, líquido o gas. Estos cambios de estado están relacionados con la energía cinética de las partículas que componen la sustancia y se producen debido a variaciones en la temperatura y la presión.
En un cambio de estado, no hay alteración en la identidad química de la sustancia, es decir, las moléculas o átomos que la componen permanecen iguales. Sin embargo, las fuerzas de atracción entre estas partículas y la forma en que se organizan varían, lo que lleva a un cambio en las propiedades físicas observables, como la forma, el volumen y la densidad.
Los principales cambios de estado son la fusión o la solidificación (cambio entre el estado sólido y líquido), la vaporización o la condensación (cambio entre el estado líquido y gaseoso), y la sublimación o la deposición (cambio directo entre el estado sólido y gaseoso, o viceversa). Estos cambios de estado están regidos por principios termodinámicos y se describen mediante ecuaciones y diagramas de fase que relacionan la temperatura y la presión con los estados de la materia.