La baquelita es un polímero termoendurecible y aislante eléctrico, considerado el primer plástico sintético. Fue desarrollada por el químico belga-estadounidense Leo Hendrik Baekeland a principios del siglo XX. Químicamente, la baquelita es un polímero de fenol formaldehído.
La estructura molecular de la baquelita se basa en la polimerización del fenol y el formaldehído. Durante el proceso de polimerización, las moléculas de fenol y formaldehído reaccionan en presencia de un catalizador y calor para formar una resina termoendurecible tridimensional. Esto significa que las moléculas de la baquelita se unen entre sí mediante enlaces covalentes fuertes, formando una red tridimensional rígida e insoluble.
La baquelita exhibe propiedades únicas debido a su estructura química. Es un material duro, resistente al calor, aislante eléctrico y químicamente resistente. Estas propiedades la hacen adecuada para una amplia gama de aplicaciones, como la fabricación de componentes eléctricos, como interruptores, enchufes y aislantes. También se ha utilizado en la fabricación de mangos de utensilios de cocina, piezas de automóviles y en la industria de la joyería.
La baquelita marcó un hito importante en el desarrollo de los plásticos y tuvo un impacto significativo en la industria moderna debido a sus propiedades y versatilidad de aplicaciones. Aunque ha sido reemplazada en muchos casos por plásticos más modernos, sigue siendo valorada por sus propiedades específicas y su importancia histórica.