La celulosa es un polisacárido estructural compuesto por una larga cadena lineal de unidades de glucosa, unidas entre sí mediante enlaces glucosídicos β(1→4). Es el principal componente estructural de las paredes celulares de las plantas y algunas algas, y se encuentra en abundancia en materiales vegetales como la madera, el algodón y el papel.
Químicamente, la celulosa es un polímero formado por la repetición de unidades de glucosa. Cada unidad de glucosa está compuesta por seis átomos de carbono, doce átomos de hidrógeno y seis átomos de oxígeno. Los enlaces glucosídicos β(1→4) se forman entre el carbono número uno de una unidad de glucosa y el carbono número cuatro de la siguiente unidad de glucosa en la cadena.
La estructura lineal y la naturaleza insoluble en agua de la celulosa le confieren propiedades mecánicas y de resistencia únicas. Debido a su estructura y abundancia, la celulosa se utiliza ampliamente en la industria para la producción de papel, textiles, películas plásticas, alimentos y productos farmacéuticos, entre otros. Además, la celulosa es un importante componente de la dieta humana como fibra dietética, aportando beneficios para la salud intestinal y regulación del tránsito intestinal.