La catálisis es un proceso químico en el cual una sustancia llamada catalizador aumenta la velocidad de una reacción química sin ser consumida en el proceso. El catalizador proporciona una ruta de reacción alternativa con una menor energía de activación, lo que permite que la reacción ocurra más rápidamente.
En una reacción catalizada, el catalizador interactúa con los reactivos formando complejos temporales, lo que disminuye la energía necesaria para que ocurra la reacción química. Esto puede lograrse de diferentes maneras: proporcionando un entorno químico favorable, facilitando la formación y ruptura de enlaces, estabilizando estados de transición, aumentando la concentración de reactivos en sitios específicos, entre otros mecanismos.
El catalizador no se consume durante la reacción y puede participar en múltiples ciclos de reacción. Debido a esta propiedad, una pequeña cantidad de catalizador puede acelerar significativamente la velocidad de una reacción química, lo que hace que la catálisis sea muy eficiente desde el punto de vista energético y económico.
Los catalizadores se utilizan ampliamente en la industria química y en muchas aplicaciones prácticas. Pueden ser metales, enzimas, ácidos o bases, entre otros. Algunos ejemplos comunes incluyen los catalizadores utilizados en la producción de productos químicos, como los convertidores catalíticos en los automóviles, los catalizadores en la refinación de petróleo y los catalizadores en la síntesis de productos farmacéuticos.
En resumen, la catálisis es un proceso químico en el cual un catalizador aumenta la velocidad de una reacción química al proporcionar una ruta de reacción alternativa con una menor energía de activación. Los catalizadores son sustancias que no se consumen en la reacción y pueden participar en múltiples ciclos de reacción. La catálisis es un fenómeno fundamental en la química y tiene aplicaciones importantes en la industria y en diversas áreas de la tecnología.