Calor específico.


El calor específico es una propiedad física y química de una sustancia que representa la cantidad de calor necesaria para elevar la temperatura de una unidad de masa de esa sustancia en una unidad de temperatura. Es una medida de la capacidad de una sustancia para almacenar calor.

Matemáticamente, el calor específico se define como la cantidad de calor (Q) necesaria para elevar la temperatura (ΔT) de una masa (m) de sustancia en particular. Se expresa mediante la siguiente fórmula:

Calor específico (C) = Q / (m * ΔT)

Donde: C: Calor específico Q: Calor transferido m: Masa de la sustancia ΔT: Cambio de temperatura

El calor específico se expresa típicamente en unidades de energía divididas por masa y temperatura, como julios por gramo y grado Celsius (J/g·°C) o calorías por gramo y grado Celsius (cal/g·°C).

El valor del calor específico puede variar según la sustancia y las condiciones de temperatura y presión. Por ejemplo, el agua tiene un alto calor específico, lo que significa que requiere una gran cantidad de energía para elevar su temperatura. Esto hace que el agua sea un excelente moderador térmico y ayuda a estabilizar las temperaturas en los ecosistemas acuáticos y en el clima terrestre.

El calor específico también es una propiedad importante en muchas aplicaciones prácticas. Por ejemplo, se utiliza en el diseño y cálculo de sistemas de calefacción y refrigeración, en la determinación de las necesidades de energía en procesos industriales y en la ingeniería térmica en general.

En resumen, el calor específico es la cantidad de calor requerida para elevar la temperatura de una unidad de masa de una sustancia en una unidad de temperatura. Es una propiedad característica de cada sustancia y se utiliza en diversos campos, como la termodinámica, la ingeniería y la ciencia de los materiales.

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