El circonio es un elemento químico perteneciente al grupo 4 de la tabla periódica, con símbolo Zr y número atómico 40. Es un metal de transición grisáceo, resistente a la corrosión y altamente refractario. Su nombre deriva del mineral zircón, en el que se encuentra en forma de silicato de circonio.
En términos químicos, el circonio es un metal dúctil y maleable que exhibe propiedades similares a otros metales de transición. Tiene una alta resistencia a la oxidación y a la corrosión, lo que se debe a la formación de una capa de óxido de circonio en su superficie que lo protege de la acción de agentes químicos agresivos. Esta capa de óxido es estable incluso a altas temperaturas y proporciona una excelente barrera protectora.
El circonio se utiliza ampliamente en diversas aplicaciones industriales y tecnológicas debido a sus propiedades físicas y químicas favorables. Por ejemplo, se utiliza en la fabricación de aleaciones resistentes al calor, como el circonio-níquel, que se emplean en reactores nucleares y turbinas de avión. También se utiliza en la producción de materiales cerámicos avanzados, como el circonio estabilizado con itrio (YSZ), que se emplea en recubrimientos protectores, celdas de combustible de óxido sólido y sensores de oxígeno.
Además de su aplicaciones industriales, el circonio también se emplea en joyería y como gema, debido a su brillo y dureza. En la medicina, el circonio se utiliza en implantes dentales y ortopédicos debido a su biocompatibilidad y resistencia a la corrosión en entornos biológicos.