Una centrifugadora es un dispositivo utilizado en química y otras disciplinas científicas para separar sustancias en función de su densidad utilizando la fuerza centrífuga. Consiste en un rotor que gira a alta velocidad alrededor de un eje central, creando una fuerza centrífuga que empuja las partículas o componentes más densos hacia el extremo externo del rotor.
Químicamente hablando, una centrifugadora es un instrumento que aprovecha los principios de la física para lograr una separación basada en la diferencia de densidades de las sustancias presentes en una muestra. Durante la centrifugación, la muestra se coloca en tubos o recipientes en el rotor de la centrifugadora y se somete a una aceleración angular continua.
Cuando el rotor gira rápidamente, la fuerza centrífuga ejercida sobre las partículas o componentes en la muestra supera la fuerza de gravedad. Esto provoca que las partículas más densas, como los sedimentos o las partículas sólidas, se sedimenten en el fondo del tubo o en un punto específico del rotor, mientras que los componentes menos densos, como los líquidos o las sustancias más livianas, se ubican en la parte superior.
De esta manera, la centrifugadora permite la separación de los componentes de una muestra en función de sus densidades relativas, lo cual es de gran utilidad en la purificación y separación de mezclas en química, bioquímica y otras áreas científicas.