El mercurio es un elemento químico con el símbolo Hg y número atómico 80. En la literatura antigua era designado comúnmente como plata líquida y también como azogue o hidrargiro. Elemento de aspecto plateado, metal pesado perteneciente al bloque D de la tabla periódica, el mercurio es el único elemento metálico que es líquido en condiciones estándar de laboratorio; el único otro elemento que es líquido bajo estas condiciones es el bromo (un no metal), aunque otros metales como el cesio, el galio, y el rubidio se funden a temperaturas ligeramente superiores.
El mercurio aparece en depósitos en todo el mundo, principalmente como cinabrio (sulfuro de mercurio). El pigmento rojo denominado bermellón se obtiene triturando cinabrio natural o sulfuro de mercurio obtenido por síntesis.
El mercurio se usa en termómetros, barómetros, manómetros, esfigmómetros, algunos tipos de válvulas como las de las bombas de vacío, interruptores de mercurio, lámparas fluorescentes y otros dispositivos, a pesar de que la preocupación sobre la toxicidad del elemento ha llevado a los termómetros y tensiómetros de mercurio a ser eliminados en gran medida en entornos clínicos en favor de otras alternativas, como los termómetros de vidrio que utilizan alcohol o galinstano, los termistores o los instrumentos electrónicos basados ??en la medición de la radiación infrarroja. Del mismo modo, manómetros mecánicos y sensores de calibradores de tensión electrónicos han sustituido a los esfigmomanómetros de mercurio. El mercurio se mantiene en uso en aplicaciones de investigación científica y en amalgamas odontológicas, todavía utilizadas en algunos países. También se utiliza en las luces fluorescentes, en las que la electricidad que atraviesa una lámpara conteniendo vapor de mercurio a baja presión produce radiación ultravioleta de onda corta, que a su vez provoca la fluorescencia del fósforo que recubre el tubo, produciendo luz visible.
El envenenamiento por mercurio puede resultar de la exposición a las formas solubles en agua del mercurio (como el cloruro mercúrico o el metilmercurio), por la inhalación de vapor de mercurio, o por la ingestión de cualquiera de sus formas.
Hay siete isotopos estables del mercurio, con 202Hg siendo el más abundante (29,86%). Los radioisótopos más longevos son 194Hg con un período de semidesintregración de 444 años, y 203Hg con una vida media de 46,612 días. La mayor parte de los radioisótopos restantes tienen vidas medias que son de menos de un día. 199Hg y 201Hg son los núcleos activos más a menudo estudiados mediante resonancia magnética nuclear, teniendo espines de 1⁄2 y 3⁄2 respectivamente.
El mercurio se utiliza principalmente para la fabricación de productos químicos industriales o para aplicaciones eléctricas y electrónicas. Se emplea en algunos termómetros, especialmente los que se usan para medir temperaturas elevadas. Una cantidad cada vez mayor se usa como mercurio gaseoso en lámparas fluorescentes, mientras que la mayoría de las otras aplicaciones se están eliminando lentamente debido a las regulaciones de salud y seguridad, siendo reemplazado en algunas aplicaciones por materiales menos tóxicos, pero considerablemente más caros, como la aleación Galinstano.
El mercurio es un ingrediente en amalgamas dentales.
El mercurio, en forma de tiomersal, es ampliamente utilizado en la fabricación de rímel.
El mercurio y la mayoría de sus compuestos son extremadamente tóxicos y deben ser manejados con cuidado; en los casos de derrames relacionados con el mercurio (por ejemplo, en el caso de rotura de termómetros o de tubos fluorescentes que contengan el metal o sus vapores), existen procedimientos de limpieza específicos para evitar la exposición y evitar su dispersión.
El mercurio puede ser absorbido por la piel y las membranas mucosas y los vapores de mercurio puede ser inhalados accidentalmente, por lo que los contenedores de mercurio estén bien sellados para evitar derrames y evaporación. El calentamiento del mercurio o de sus compuestos, que pueden descomponerse cuando se calientan, debe llevarse a cabo con una ventilación adecuada a fin de minimizar la exposición al vapor de mercurio. Las formas más tóxicas de mercurio son sus compuestos orgánicos, como el dimetilmercurio y el metilmercurio. El mercurio puede causar tanto intoxicaciones crónicas como agudas, incluyendo el envenenamiento por mercurio.